Moises Sanchez, en Cronologia del Secreto
La relacion que debe existir entre los principios que se declara defender y las conductas
SANTIAGO, 13 de octubre de 2005, (Diario Electronico del Senado).-
No existe mejor prevencion contra la corrupción y el mal gobierno que una opinion publica bien informada, a traves de medios de comunicacion libres, independientes y responsables. De ahi que el combate al secretismo arbitrario ha sido uno de los ejes en el accionar de esta Presidencia, que tiene plena consciencia que la ciudadania goza del derecho absoluto de conocer los actos de sus gobernantes y representantes.
Ese mismo afan de transparencia se plasmo en la tramitacion de las reformas constitucionales.
Cuando en el año 2000 presentamos junto a otros senadores de la Alianza el proyecto, que luego se refundio con otro de la Concertacion, y que desemboco en el paquete de reformas a la Carta Fundamental, propusimos incluir la regla general de que los actos y resoluciones de los organos del Estado son publicos. Y asi quedo establecido, bajo la excepcion que una ley de quórum calificado establezca la reserva o secretos de determinados actos.
En vista de que hoy estamos frente a un mandato constitucional que llama a abrir las instituciones a la ciudadania, como Presidente del Senado presente sendas mociones parlamentarias, destinadas a compatibilizar la Ley Orgánica del Congreso y el Reglamento del Senado a las nuevas normas constitucionales, y a suprimir otras normas legales que establecian votaciones secretas del Senado.
En este contexto, la proposicion del Presidente de la Republica para designar al ministro Sergio Muñoz como integrante de la Corte Suprema, se convirtio en la primera prueba de la nueva norma constitucional. En uso de mis facultades y consciente de mi responsabilidad frente a la Constitucion, resolvi que la proposicion del Primer Mandatario debia discutirse y votarse en publico, pues la nueva norma constitucional primaba sobre el Reglamento y las practicas del Senado, por antiguas que estas fueran.
Aunque mi determinacion dio lugar al debate que la opinion publica conoce, creo que ella contribuyo a reflexionar acerca de la consecuencia que debe existir entre los principios que se declara defender y las conductas que se siguen. Una relacion que debe ser proporcional, sobre todo entre quienes ejercen cargos de representación popular.
Por mi parte, creo haber dado muestras suficientes de que no variare la posicion que frente a este y otros asuntos de interes publico he sostenido, aunque ello me signifique sufrir las represalias que mis detractores tienen el poder de ejercer.
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